jueves, 2 de agosto de 2012

Desarrollo urbanístico en Madrid entre 1939 y 1960

En este documento de la Universidad Complutense de Madrid podéis encontrar un acertado estudio de la construcción masiva de (infra)viviendas para combatir el chabolismo, que se llevó a cabo en Madrid en los años 40 y 50, como solución a la brutal inmigración que se produjo desde las zonas rurales a la capital.

http://www.ucm.es/info/hcontemp/madrid/vivienda.htm

En los siguientes foros encontraréis información de las antiguas ciudades de Madrid y Barcelona, con fotografías y comentarios de los habitantes de barrios que ya no existen. Son dos tesoros de información histórica:

Barcelona: http://bcn-antic.blogspot.com.es/
Madrid: http://historias-matritenses.blogspot.com.es/#uds-search-results

Y en este foro, increíbles fotos de la época, con los barrios en construcción:

http://www.urbanity.es/foro/urbanismo-mad/893-de-madrid-al-cielo-album-de-fotos-historicas-361.html

Barrio de San Blas en construcción

Citas:

"En 1956 existían en Madrid y su entorno más de 50.000 chabolas, sin contar con los problemas de infravivienda, hacinamiento y realquiler que generaron zonas de deterioro urbano de dificil solución"

"La primera legislación legal reguladora de las Viviendas de tipo social, se promulgó en 1954. La definición de este tipo de viviendas se limitó a dar superficie máxima y su coste: 42 m2 y 25.000 pesetas."

"Los criterios aplicados por el Ministerio de Vivienda no tuvieron en cuenta los problemas que se derivaban de su planes de vivienda, como por ejemplo, la segregación social, hacinamiento, chabolismo, bolsas de pobreza y masificación concentrada en la periféria de la ciudad."

"Las zonas verdes no se respetaron en el caso de que existieran y las viviendas, además de su pequeña superficie, eran de calidad tan ínfima que quince años después tenían graves problemas de grietas (...) la mayoría se han remodelado o derribado en la década de los 80."


Es difícil hacerse una idea de la vida que se llevaba. En los poblados de chabolas, por la miseria y la ausencia completa de servicios básicos, era prácticamente tercermundista; en los barrios que se construyeron para realojar a la población, por el alarmante hacinamiento, la pobreza, la ausencia de muchos padres del hogar, la virtual inexistencia de zonas verdes, los descampados... era una vida sin duda alienada. Y los niños que crecían allí, niños duros,  hijos del asfalto y el ladrillo.